Y resulta que en mi primer día
en Montevideo cayó en mis manos un reportaje sobre Uruguay firmado por un gran
escritor y periodista, Juan José Millás. Fue un regalo que justo en el
país que estaba visitando, una persona tan admirada para mí como Millás me
ofreciera su propia visión y pusiera palabras (siempre tan bien elegidas) a lo
que veía a mi alrededor. Así que no tardé en zambullirme en su lectura y he de
decir que disfruté de cada frase escrita por él, así como de las declaraciones
de José Mújica, toda una respetable persona que, con su forma de ver la vida y
de hacer política hace creer de nuevo en esa profesión tan denostada en
nuestros días.
Millás mezcla su relato del
viaje con los encuentros que tiene con el presidente de Uruguay, hace una
radiografía perfecta del país y pasa de los momentos más duros y escalofriantes
(como la tortura a la que fue sometido Mújica en sus años preso) a situaciones
cómicas y divertidas como su peculiar encontronazo con un mosquito en la
habitación del hotel.
Como digo, no tiene desperdicio
ni lo que dice Mújica ni como lo cuenta Millás, por eso recomiendo la lectura
completa del reportaje al que se puede acceder haciendo clic aquí. Como es
bastante extenso, extraigo a continuación algunas de las frases que más me han
gustado.
“Hay zonas de Montevideo en las que solo es Montevideo por las mañanas y a
la hora de comer. Luego se convierten en otra ciudad en la que siempre es
domingo por la tarde”.
“Montevideo parecía un estado de ánimo”.
“En esto, apareció en medio del camino un perro muerto que, cuando nos
acercamos, resultó estar vivo. Pero le costó apartarse, como si no creyera en
nada”.
“Y allí mismo, a la derecha, medio oculta entre una vegetación sin
domesticar, nos mostraron la casa de José Mujica, el presidente de la República
Oriental del Uruguay. Se ha dicho de ella que es una casa modesta. Falso. Es
pobre”.
“La naturaleza, suele decir, nos ha puesto los ojos delante para que
miremos al frente”. (José Mujica)
“Observo a Mujica y me parece que va y viene dentro de sí mismo, como si
tuviera una trastienda en la cabeza. Cuando regresa de la parte de atrás, se
asoma al mundo con un punto de cortesía y otro de malicia”.
“No parece que estemos con un presidente ni nada parecido y yo me acuerdo
de que este hombre dona el 87% de su sueldo a un proyecto de viviendas para
pobres y le pregunto si le queda suficiente dinero para vivir y dice que sí,
que a su señora, después de aportar al partido, le quedan 45.000 pesos, unos
dos mil euros.”
“Era un sitio del que había que irse, aunque parece que en los últimos años
se ha convertido en un lugar al que hay que volver”.
“El uruguayo todo lo exagera hacia abajo (así como, según el tópico, el
argentino todo lo exagera hacia arriba). Si, según el chiste, el argentino se
suicida arrojándose al vacío desde su yo, el uruguayo apenas se rompería una
pierna saltando desde el suyo (…) la cuenta de que su país es el único del
mundo que carece de nombre. Es cierto: oficialmente se llama República Oriental
del Uruguay: significa que es una república situada al este del río Uruguay.
Viene a ser como si a usted lo conocieran como el cuñado de Rosa, en el caso de
que tenga una cuñada con ese nombre”.
“En la actualidad, nueve años más tarde, el paro es del 6,5% y los salarios
han recuperado el poder adquisitivo anterior a la crisis (…) Si faltaba algo
que coronara el pastel, resulta que tenían un presidente, José Mujica, el Pepe,
que se atrevía a llevar la vida que predicaba para los demás”.
“Nos pareció que la admiración hacia Mujica crecía a medida que descendías
en la escala social. De la mitad hacia abajo gozaba de una reputación
conmovedora. Lo veían como a uno de los suyos y les parecía un signo de
coherencia que aplicara a su vida el grado de austeridad que predicaba para la
de los demás”.
“La distancia de los políticos con la gente está creando mucho descrédito.
Y la peor enfermedad es la de la gente que no cree en su Gobierno”. (José
Mujica)
Extraído
del reportaje "Retrato de Uruguay, el país que sorprende al mundo" de Juan José Millás
publicado en El País Semanal 24/03/14
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