miércoles, 30 de noviembre de 2011

Quebrada de Humahuaca


Ésta es la crónica de los últimos dos días que hemos pasado en la quebrada de Humahuaca, una zona montañosa del noroeste de Argentina, muy cerca de los Andes chilenos y la frontera de Bolivia. Llegamos ayer, después de un viaje de tres horas desde Salta (ese tiempo ya no es nada para nosotros) El paisaje hasta llegar aquí es espectacular ya que a ambos lados de la carretera sólo se ven montañas de diferentes formas y colores. Nuestro destino era Tilcara (donde ahora nos encontramos). El pueblo es muy pequeño pero guarda un gran encanto. Nos alojamos en un albergue familiar, en el apartamento que tienen en el último piso. Una vez instalados, fuimos a visitar el Pukará, un antiguo pueblo prehispánico muy importante, hasta la llegada de los españoles a América. El nombre significa en idioma quechua fortaleza y está rodeado de cardones (cactus de grandes dimensiones) Todavía hoy conserva la estructura de entonces y varias casas. También vimos llamas, de donde se obtiene la lana que luego utilizan para tejer esas mantas, jerseys y gorros tan característicos de esta zona, así como de Perú y Bolivia. Ana estaba interesadísima por las llamas y por verlas escupir, no sé muy bien porqué, así que la dejamos allí durante dos horas admirando a estos animales mientras nosotros dábamos una vuelta.
Por la noche fuimos a cenar a la Peña de Carlitos, no del nuestro, de otro Carlitos de la provincia de Jujuy, a la que pertenece el pueblo de Tilcara. La comida estuvo riquísima: como entrantes pedimos tamales y humitas, platos cocinados a base de maíz y envueltos en forma de paquetitos con la misma hoja, aquí llamada chala. Los platos principales fueron churrasco y estofado de… LLAMA! Sí amigos, después de toda la admiración que Ana procesaba a dichos animales, no dudó en un segundo en comerse a uno de ellos. Así es Ana, caótica y dispar al mismo tiempo. Por cierto, hay que decir que la carne estaba buenísima. La cena estuvo amenizada por música local así que fue una velada perfecta.

Ya hoy nos hemos acercado hasta Purmamarca, otro pueblecito de la quebrada desde donde se puede ver el cerro de los siete colores (entre ellos en predominante es el color rojizo de la piedra). Además hemos subido hasta una altitud de casi 4.200 metros sobre el nivel del mar (estos pueblos están a unos 2.500) Desde ese punto, hemos descendido de nuevo hasta las salinas grandes, una amplia zona donde se extrae sal y permite al visitante sacar fotos muy originales. Lo malo es que días atrás había llovido y no estaban todo lo blanco que acostumbran. Aún así, la experiencia ha merecido la pena.

Voy a intentar subir todas las fotos posibles para que os hagáis una idea de estos paisajes pero, como ya hemos dicho anteriormente, siempre tenemos bastantes problemas con las tecnologías (teclados en inglés sin acentos, wi-fi muy débil, pereza de Ana para escribir la mayor parte de las veces…) Aún así, leemos todos los comentarios que nos dejáis y nos encanta, así que ya sabéis, seguid visitándonos!





2 comentarios:

  1. Un buen lapo en el ojo...mmmm para quitarte las legañas!!!

    http://m.youtube.com/index?desktop_uri=%2F&gl=AR#/watch?v=i0s8P0-GZsY

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